En todas las reuniones de TLP a las que asisto desde hace unos meses, se advierte mucha intranquilidad por el futuro incierto que se avecina. La preocupación para algunos no es cosa de un día. Para probarlo, transcribo dos escritos sobre estas preocupaciones de hace ya tiempo: el primero, «Sobre la confluencia» es del 27/12/2017, y el segundo, «TLP en adelante» es el 2/12/2019, a los que añado una reflexión actual, «Los problemas de TLP».
- Sobre la confluencia (27/12/2017)
Reflexiones a propósito de la propuesta que hace VTLP :
1. La confluencia de organizaciones y personas en una asamblea ciudadana me parece excelente. VTLP ha funcionado aceptablemente bien, sobre todo en los dos primeros años de existencia. Sin embargo, ha estado menos activa y ha sido menos eficaz después del primer año de gobierno municipal. Es muy probable que eso se relacione con la imprecisa personalidad y débil autonomía que finalmente ha tenido VTLP, acentuado por el hecho de que la única imagen pública ha sido la imagen aportada por las personas con alguna responsabilidad municipal.
2. La fórmula que se ha utilizado para organizar la confluencia, una coalición de partidos, finalmente ha sido ineficaz, porque ha debilitado, casi hasta anular, la imagen autónoma de VTLP. El factor municipalista, tan importante para esta asamblea, no ha logrado mostrar su impronta de confluencia ciudadana. La coalición electoral es una fórmula contraria a los valores de la asamblea ciudadana, a pesar del respeto que ha existido por parte de los partidos coaligados.
3. Yo apuesto por reproducir la confluencia, pero dando un paso más y garantizando la plena autonomía de VTLP. Esto significa que habrá que fortalecer los aspectos organizativos, dotándolos de un grupo ejecutivo incluso. Tendrá que haber una sede específica y una personalidad claramente distinta de los partidos ahora coaligados o los que se sumen en el futuro.
4. La nueva confluencia debería adquirir la forma de partido político autónomo. Para pertenecer a él, siendo afiliada de otros partidos, bastará con que esos otros partidos se abstengan de participar en las elecciones municipales. Podrá reservarse un puesto entre los primeros de la lista (en el orden que resulte de una votación específica) para una persona propuesta por cada uno de los partidos participantes que así lo deseen, siendo todos los demás puestos elegidos por la asamblea entre personas que cuenten con el número de avales que se determine.
Habría que dirigirse expresamente a ‘Podemos’ para invitarle a participar en la asamblea y en la confluencia; y hacer la misma oferta en términos generales para cualquier otra formación que lo desee.
5. El programa y la candidatura se confeccionarían desde la asamblea ciudadana, a través de grupos de trabajo y de encargos específicos a personas particulares.
2. TLP en adelante (2/12/2019)
Independientemente de los avatares políticos que nos rodean y de los que hayan de venir, la Asamblea de TLP debería tomar la decisión de permanecer conforme a los principios en los que fue constituida y que son los mismos que le han guiado en su discurrir; y, al mismo tiempo, sería conveniente hacer una reflexión para perfeccionar su propia identidad.
La voluntad de permanencia implica, en primer lugar, la decisión de acoger en su seno a toda organización política o social que lo desee. La única condición sería no competir electoralmente en la provincia de Valladolid. También habrá que cumplir con los estatutos, evidentemente, pero existiendo siempre la buena disposición para poder reformarlos. Tomar esta decisión significa que TLP no necesitaría hacer coaliciones con ningún partido, sino que aquellos partidos que buscasen la coalición serían invitados a formar parte de TLP.
El proceso identitario de TLP no resta nada a la autonomía de las organizaciones integradas, sean políticas o sociales, pero sí delimitan claramente los espacios: TLP actúa exclusivamente en el municipalismo y su espacio es la provincia. Esto sin perjuicio de que pueda establecer las alianzas que considere con otros movimientos municipalistas o con otras fuerzas políticas.
Para reforzar la identidad de TLP hay que pensar lo primero en la oportunidad o no de convertirse en un partido político autónomo de ámbito provincial, que sustituya a la actual coalición de IU y EQUO. Debería quedar claro que no se pretende competir con los partidos de ámbito regional o estatal, sino que únicamente se opta por actuar en los Ayuntamientos de la provincia de Valladolid. Las redes que pudieran establecerse con otros movimientos municipalistas en ningún caso buscarán la creación de una nueva fuerza política que actúe más allá del municipalismo.
El movimiento transformado en partido autónomo debería conservar la estructura vigente: una asamblea con plenos poderes, guiada por la búsqueda del consenso mediante el diálogo; grupos de trabajo, emanados de la asamblea; y una coordinación, abierta como lo es ahora, pero dotada de mayor eficacia ejecutiva.
Además de finanzas propias, sería imprescindible la disposición de locales estables y de gestión autónoma. Una forma posible para disponer de espacios sería dotarlos de diversas funciones, a la manera de los batxoki del nacionalismo vasco. La disposición de un bar, abierto a la ciudadanía, podía ser una forma de autogestión de esos espacios; y para su creación se podrían organizar cooperativas de personas asociadas a TLP. Esos espacios deberían convertirse en centros de irradiación de cultura, especialmente de cultura política, en los barrios urbanos y en los pueblos.
3. Los problemas de TLP
Probablemente, la mayor preocupación de las personas inscritas en TLP sea en estos momentos la incertidumbre acerca del futuro de esta asamblea municipalista. Así lo pudimos comprobar en la reunión del mes de julio o en la coordinación del 6 de septiembre de 2021, después de la dimisión de Virginia Hernández como diputada provincial.
Las personas que participaron en esas reuniones expresaron la preocupación recitando lo que no son sino debilidades de TLP: sentirse solos los concejales, no dar respuesta pronta a los conflictos, falta de referencias públicas de las personas responsables y cosas semejantes.
En mi opinión, algunas de esas deficiencias proceden de la organización que nos hemos dado, una organización muy imprecisa y, de hecho, ineficaz. Existe una asamblea, pero no es ella quien elige su gobierno, sino que éste se forma por libre adhesión de las personas. Ese gobierno, que se conoce como coordinación, carece de figuras responsables de cualquier tipo. No existe una presidencia o una secretaría. Por supuesto, no existe una tesorería. No hay cargos. Formalmente, hay dos personas portavoces, pero se desconoce su status y sus competencias. Existen unos grupos de trabajo, que en la práctica no funcionan, salvo el de comunicación, pero no existe coordinación entre ellos ni una figura encargada de la misma.
Este déficit organizativo se ha venido resolviendo por distintas vías: asumiendo las personas concejales la dirección de TLP; derivando a las personas contratadas la confección de actas, la convocatoria de reuniones y otras tareas; dependiendo subsidiariamente de uno de los partidos coaligados en todas las necesidades infraestructurales; o, sencillamente, dejando que el paso del tiempo fuese resolviendo los problemas.
La consecuencia más importante de este déficit organizativo es la falta de identidad de TLP. Tenemos que reconocer que los principales responsables de esta falta de identidad somos nosotros mismos. Posiblemente, una buena parte de nosotros hayamos estado tan a gusto en esa situación. De hecho, en la encuesta que VTLP realizó a finales de 2019 sólo una persona, que era yo mismo, manifestó preocupación por la falta de identidad y así lo refrendó uno de los responsables en reunión de coordinación, con lo que no hubo ni que discutir las sugerencias que se hacían.
Por fin, en los próximos días se convocarán asambleas para tratar específicamente del futuro de TLP. La hora de tomar decisiones ha llegado. Ya no vale el argumento de que era uno solo el preocupado por estas cosas.
Marcelino Flórez