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Durmiendo al borde del abismo

CARTEL WEB-01Formando parte del desarrollo del proyecto sobre Límites del Crecimiento, concedido por la Oficina de Cooperación de la Universidad de Valladolid, Entrepueblos ha programado el curso “Durmiendo al borde del abismo”. Es un curso dirigido al alumnado universitario y a la población interesada en saber más acerca de la catástrofe ecológica en la que estamos embarcados. Hemos tenido la suerte de poder contar con las personas más expertas en esta cuestión, que generosamente han aceptado nuestra invitación: Carlos Taibo, Jorge Riechamann, Marta Pascual y José Manuel Naredo. El curso incluirá también un taller concienciador, que dirigirán las Mujeres de Matagalpa; y una actuación teatral de La Huella, Teatro Crítico.

En el momento de escribir estas notas se han desarrollado las cuatro conferencias, que han sido muy bien acogidas por el público. En todos los casos se han quedado pequeños los salones de actos que nos asignó la Universidad, cosa insólita en los tiempos que corren. Además de la alegría que supone ver la afluencia de mucho público y con dominio pleno de público joven, este hecho aporta una esperanza cierta para el futuro. La conciencia de la catástrofe ecológica va instalándose en la población y la lucha contra el desastre gana adeptos.

Carlos Taibo habló sobre el decrecimiento, única opción viable ya en el corto plazo, e hizo una aportación que quiero destacar: la consecución de este objetivo requiere la cooperación y federación de las múltiples experiencias alternativas que vienen ensayándose, como son las cooperativas integrales, los mercados sociales y las diversas experiencias de economía solidaria y de banca ética cooperativa.

Jorge Riechmann habló sobre El final de las energías fósiles. Destacó, sobre todo, la rapidez con la que estamos destruyendo la naturaleza, en contraste con la lentitud con la que avanzan las respuestas a ese destrozo. Fue detallando algunos ámbitos de la catástrofe y destacó como principal enemigo a la “tecnolatría”, esa esperanza vana en que la ciencia o el superhombre serán capaces de superar los límites naturales. ¡Qué bien cuadra esta “tecnolatría” con el neoliberalismo! Jorge Riechamann propuso una estrategia dual para la lucha: aliviar el choque que se nos avecina, por una parte, con el desarrollo de políticas “conservadoras” (de la naturaleza); y construir más salvavidas, por otra, promoviendo iniciativas de reconstrucción comunitaria por doquier: recuperar y potencias los cuidados domésticos, hacer vecindad, reaprender la subsistencia local, construir cooperación.

Marta Pascual, una profesora de Ecologistas en Acción, habló de Educación alternativa y buen vivir. La escuela, nos decía, no habla de lo que pasa (precariedad laboral, soledad de los ancianos, colapso ecológico), sino que trasmite una fe ilimitada en el crecimiento. Por eso, nos proponía “cambiar de gafas para mirar al mundo”, de manera que, construyendo un currículo abierto, logremos aprender lo necesario para vivir: el cuidado de las vidas, responsabilizarnos del territorio, la construcción de vida comunitaria, recuperar los saberes sostenibles o politizar la actividad humana.

José Manuel Naredo comenzó haciendo una matización del título de su charla, que pasó a denominar “Vivir mejor sin la mitología del crecimiento económico”. Introdujo dos palabras: mitología, que no precisa aclaración, y económico, para no confundir con el crecimiento de otras cosas. Eso le sirvió para asentar la primera tesis: el crecimiento es una ideología, que tiene un origen. Ese origen es la modernidad, cuando aparece el concepto de economía para referirse a los mecanismos de la producción, del trabajo, del capital o del dinero, y no como anteriormente, que se refería solo a los asuntos de la propia casa. Criticó la abstracción que supone el concepto de producción mediante el trabajo, que prescinde de otros elementos, como la adquisición (los “productos” naturales, en general, no se producen, sino que se adquieren. Así ocurre con el agua o el aire, pero también con el petróleo y, quizá, con el suelo, la vegetación y otras cosas) y como la redistribución. Esta abstracción tiene su fundamento en la dualidad interpretativa que hace la modernidad: hombre/naturaleza; razón/emoción; economía/ecología, etc.

Frente a esa ideología, que conduce al desastre, como explicaría después, propuso una alternativa: el enfoque ecointegrador o hablar de economía de sistemas frente a sistema económico como cosa aislada. Lo ejemplificó hablando de tres sistemas: el sistema biosfera, donde el sol, que activa la fotosíntesis, garantiza el ciclo de la vida sin necesidad de ningún recurso y sin generar residuos; el sistema industrial, que utiliza recursos infinitos y produce recursos infinitos, aniquilando progresivamente al Planeta; y el sistema industrial reconvertido, con base en las renovables y en una actuación de las instituciones y de cambio de posiciones ideológicas, que sirvan para controlar el mercado, desarrollar la filosofía del bien común, proteger a la naturaleza, cuidar a la especie humana, reducir el uso de recursos naturales y garantizar una democracia participativa.

El diálogo que siguió a la charla puso en evidencia que vamos despacio. Esperamos que eso sea, como popularizó el 15-M, porque queremos ir lejos.

Ninguna de las conferencias ha defraudado al numero público y nuestra tarea será ayudar a seguir transformando la conciencia en acción, desde lo local hasta lo global. Este curso aporta elementos y esperanza para ello.

Marcelino Flórez

 

XXV Asamblea

Los días 20 y 21 de abril de 2013 celebró la Asociación Entrepueblos su XXV Asamblea en Alicante. Fue una asamblea digna de este primer cuarto de siglo de existencia, con el valor añadido de la acogida entrañable y lúdica que con tanta maestría ejecutan las compañeras y los compañeros de Alacant. Dispuso, además, de un diseño eficaz que va cuidándose con esmero cada año, obteniendo resultados verificables y en constante mejora.

Después de la acogida, llena de concesiones a los afectos, hubo un primer momento de comunicación entre los diversos territorios de las actividades que consideraron más destacadas: la participación de las gentes de Andalucía junto a Mujeres de Negro y otros colectivos en acciones solidarias con Colombia; la propuesta de CooperaCine de Castilla y León; las jornadas internacionales Per una vida vivible en un món limitat de Cataluña; el acompañamiento de las luchas campesinas por la Soberanía Alimentaria a través de la Plataforma Rural en Madrid; o el compromiso con los derechos humanos que ha llevado a las gentes de Herriarte ante los tribunales, que nos contó Joseba acompañándolo de un emotivo y hermoso video (http://www.youtube.com/watch?v=Wm0OsLANzmE ).

Seguidamente las cooperantes en las diversas tierras nos contaron el statu quo del Sur. Coincidieron en diagnosticar el regreso al neoliberalismo con apoyo político popular en América Latina; coincidieron en la dificultad de hacer entender a las contrapartes la hondura de la crisis en España y en Europa con sus efectos aniquiladores de la cooperación centralizada; pero coincidieron también en la decisión unánime de sustituir con voluntariado la falta de apoyo de las Administraciones y con el intercambio solidario del pensamiento y de la acción transformadores. En ente intercambio, coincidían igualmente en señalar algunas prioridades: el feminismo, la soberanía para el agua y para la tierra, y el renacer imprescindible de la rememoración por el peligro creciente de relegar al olvido a las víctimas con los efectos perniciosos de violencia y opresión social que está ocasionando especialmente en Centroamérica.

Casi en un paréntesis introdujo aquí Gabriela Serra una breve nota histórica de Entrepueblos. Nació, dijo, con el desencanto que se personalizaría en el OTAN-NO y que llevó a poner los ojos esperanzados en las revoluciones centroamericanas, esto es, a encontrar “el norte” en el Sur. Es un periodo que se extiende entre 1980 y 1995, un periodo transitorio o de “mientras tanto”.

Termina este tiempo, donde el compromiso es “fácil” por evidente (los refugiados, las víctimas de las masacres; o, en positivo, la educación popular, la economía socializada); termina, dijo, con el fin de la política de Seguridad Nacional, esto es, de la guerra, y el comienzo de los procesos de paz. Es un nuevo tiempo de incertidumbres, de dificultades, con sociedades civiles desorientadas al caerse el muro que orientaba la dirección. La cooperación se dirige ahora a la lucha contra el neoliberalismo, optando por los derechos humanos, buscando “el norte” en el Norte con su capacidad de análisis. Se recuperan términos cargados de significado, como capitalismo o colonialismo, y se centran los objetivos en combatir al Banco Mundial, los Tratados de Libre Comercio, el desempleo, la exclusión. De la mano de La Vía Campesina se descubre el concepto de Soberanía Alimentaria, que comienza a articular las nuevas propuestas.

Y es entonces cuando sobreviene la crisis y “el norte” regresa al Sur con el fin de la abundancia monetaria para la cooperación, fortaleciendo la equidad en la solidaridad y reclamando coherencia para el pensamiento y la acción.

La Asamblea continuó con el trabajo en cuatro grupos para reflexionar sobre la estrategia actual de Entrepueblos, que presentaron sus conclusiones al día siguiente. El grupo de trabajo sobre la Base Social propuso que se flexibilicen las cuotas, que se avance hacia la autogestión dentro de los principios de la economía solidaria, que se facilite el intercambio de propuestas entre los territorios, que se realicen encuentros anuales de esos territorios u OTs, y que se ponga la vista en los centros educativos.  El grupo de Comunicación propuso ampliar y consolidar un equipo de redacción, potenciar los blogs locales con una cabecera común, arreglar y estructurar la página web haciéndola más fácil, formar a las personas asociadas para el uso de redes internas y externas, usar más los recursos audiovisuales. El grupo de Formación propuso practicar metodologías educativas que incorporen una perspectiva pedagógica, colaborar con organizaciones próximas, dar protagonismo al ámbito local, coordinar e intercambiar experiencias, crear “brigadas solidarias” para debatir sobre estas cosas (realmente dijeron “Brigadas Internacionales”, términos que Gabriela propuso evitar, para no confundir con la organización del mismo nombre y larga historia en la defensa de los derechos humanos). El grupo de Incidencia Social y Política propuso seguir profundizando en su documento de análisis inicial, trabajando especialmente sobe organización; y destacaron la necesidad de profundizar relaciones con otras asociaciones.

Poco a poco se va precisando la estrategia y toda la gente comienza a entender lo mismo con el uso de los conceptos. Así ocurre con el de formación, que podrá ser interna o externa, pero no ofrece dudas acerca de lo que trata. En este sentido, considero esencial la clarificación que hizo Gabriela sobre el concepto de incidencia política. No se puede hablar de incidencia política en términos generales, como si se pretendiese influir en el espacio legislativo o gubernamental con todas y cada una de nuestras actividades, sino que han de formularse propuestas concretas y generar las alianzas y movilizaciones que sean precisas para lograrlas. Así ocurrió, por ejemplo, con el movimiento a favor del 0’7 o contra la deuda externa. Esas propuestas han de ir precedidas, además, de un proceso de formación a los grupos sociales, de manera que se pueda alcanzar una aceptación amplia de las mismas.

Aparte de todas estas cosas formativas que narramos, la Asamblea aprobó la Memoria Anual, las cuentas y los presupuestos. En ese apartado hay un capítulo triste, la eliminación de casi todos los puestos laborales de cooperantes en el exterior, al desaparecer los fondos públicos para la cooperación, y la reducción a la mitad de la oficina técnica. Este capítulo triste sólo tiene un aspecto valioso: que ha sido negociado abierta y amigablemente por la Junta directiva con trabajadoras y trabajadores.

Quiero valorar, para terminar, de una forma muy positiva todos los aspectos lúdicos, la fiesta del sábado con los recursos de la economía solidaria, la marcha reivindicativa a lo largo de la ciudad, las clownclusiones y clownsalutaciones. En fin, fue una Asamblea digna de una asociación ya entrada en años y tan joven todavía.

Marcelino Flórez