Valle de los Caídos, 2. Franco

Los informantes han razonado la retirada de los restos de Franco del Valle de los Caídos diciendo que son los únicos allí depositados que no proceden del tiempo de la Guerra. Cualquier excusa vale, pero ninguna va a ser aceptada por los habitantes de la caverna. Franco ha sido también el único motivo de discordia entre los miembros de la Comisión, tres de los cuales han suscrito un voto particular en el Informe.

Fundan éstos su opinión en dos razones: el “respeto a la continuidad de la historia de España” y la “ponderación de concurrentes circunstancias de legalidad y oportunidad”. Explican el respeto histórico con un primer argumento de que no se ha visto nada igual en Europa, exhumar a un Jefe de Estado, pero es un argumento muy débil, aunque sólo fuera por el hecho de que no existe nada parecido en Europa. ¿O es que Hitler, Mussolini, Ceauscescu o Stalin, por ejemplo, presiden lugares públicos en sus respectivos países? Más fuerza tiene el otro razonamiento histórico que aportan. Dicen que la Comisión ha optado por congelar los restos existentes de la dictadura o por acumularlos a los restos de los vencidos, pero ha prescindido de destruirlos. Efectivamente, así lo han expresado en el punto 5 de las Consideraciones. ¿Por qué hacen esta excepción con el enterramiento de Franco? Caben muchas respuestas, no obstante, a este interrogante, incluida la imposibilidad de acumular en este caso un resto paralelo. Pero la respuesta más sencilla es que no se trata de destruir, sino de reubicar, como viene ocurriendo con muchos otros elementos de la Dictadura.

Este razonamiento, sin embargo, no pasa de ser otra excusa, porque las razones esenciales están en la legalidad y en la oportunidad. Respecto a la legalidad, aducen las competencias que en este asunto tiene la Iglesia y así es, pero eso no significa más que la responsabilidad de la ejecución o toma en consideración de la propuesta le corresponde a la Iglesia en vez del gobierno. Lo verdaderamente importante es la oportunidad política y ahí está la clave interpretativa de este asunto. Dicen los firmantes del voto particular: “una parte no pequeña de los españoles consideraría que la exhumación supone una descalificación de un largo periodo de la historia de España”. ¡Acabarámos! Pues claro, ¿qué va a suponer, si no? Este es el problema, la adhesión de una buena parte de los españoles a la pasada Dictadura. Ya lo había dicho Gabriel Jackson en El País el día 30 de noviembre de 2008: “Lo que ocurre en España, una parte importante del problema, es que la sociedad española en su conjunto no ha juzgado la dictadura de Franco como régimen criminal, en el mismo sentido en que Alemania condenó el régimen nazi, Suráfrica condenó el apartheid y Estados Unidos condenó la esclavitud y el siglo de segregación que siguió al fin de la esclavitud”.

Y este es el problema que hay que resolver.  Hasta ahora el Parlamento español no ha sido capaz de hacerlo. Sólo formuló una leve y equidistante condena de la violencia en la Guerra en la sesión del día 20 de noviembre de 2002. Pero no ha sido capaz de condenar al franquismo, como lo hizo y le solicitó el Parlamento europeo en la Declaración del 17 de marzo de 2006. Y no digamos la judicatura, a punto de juzgar a Garzón por haber definido al franquismo como un régimen responsable de crímenes contra la humanidad.

Por mucha resistencia que el franquismo residual ofrezca, su causa está perdida. La historiografía está terminando de describir el perfil criminal de la Dictadura; las víctimas se han hecho visibles y nunca van a poder ser ocultadas ni su voz apagada; la humanidad camina, lenta pero inexorablemente, en la defensa de los Derechos Humanos; es sólo cuestión de tiempo para que también España, el Parlamento español dé el paso y reconozca que la Dictadura de Franco ha de ser condenada sin paliativos y sus crímenes plenamente reparados. En esta ocasión, el Partido Popular tiene una buena oportunidad, quizá una de las últimas, para ir homologándose con la derecha europea al abandonar definitivamente a su suerte a la pasada Dictadura. Dudo que pueda ser capaz de hacerlo.