Toma la Palabra. Crónica y análisis

I

La Asamblea de 18 de enero de “Valladolid toma la palabra” ha tomado importantes decisiones. La primera, formar una coalición de partidos para presentarse a las elecciones municipales en toda la provincia. La coalición es una mera fórmula jurídica, porque la propuesta manifestada en julio de 2014 sigue siendo la misma: asambleas democráticas para decidir cada cosa. Los partidos hasta ahora coaligados, IU y Equo, han dado muestras de una generosidad inusual. No sólo han puesto toda su infraestructura y sus recursos al servicio del común, sino que renuncian a reservar cuotas en las listas electorales. Más pureza es imposible, quizá por eso estaba la gente tan contenta en la Asamblea del 18-E. Además de personas de los partidos, forman esta asamblea personas del movimiento vecinal, del movimiento sindical, de la cultura, de la cooperación, de la economía solidaria y la banca ética, del ecologismo. Realmente, no falta nadie. Por eso, la Asamblea ha perdido el miedo sobre si se apunta o no algún otro partido. Como la puerta está abierta a personas y organizaciones, quien lo desea puede estar. Quien prefiera otra cosa está en su derecho, pero el tiempo de las excusas ha terminado.

La otra cosa esencial que decidió la Asamblea fue el reglamento de elecciones primarias. Gratifica mucho ver a la gente joven, cargada de saberes, explicar las opciones que se han barajado y las propuestas que se llevan a la Asamblea. Habrá dos votaciones, una para la cabecera de la lista, otra para el resto de la lista. Cada proceso se hará en una sola votación, para lo que se ha elaborado un método del que resulte el consenso, a la vez que impida que se imponga cualquier lobby. Para la cabecera se votarán hasta tres nombres y para las listas cada persona podrá votar hasta cuatro mujeres y cuatro hombres en series diferentes, que luego se ensamblarán en cremallera. Los votos, en este caso, tienen una ponderación diferente según el lugar jerárquico que ocupen en la lista. El resultado de estos métodos aporta pluralidad y consenso. Es la nueva democracia deliberativa hecha realidad.

Sólo falta por ser aprobado el código ético, al que tendrán que someterse las candidatas y los candidatos que se presenten y donde se especificarán otros compromisos participativos, como la consulta ciudadana antes de tomar decisiones importantes. Por lo demás, los grupos de trabajo establecidos continúan con su labor e invitan a quien lo desee a sumarse.

II

Se tomó otra decisión el día 18: aprobar un nombre para la coalición. Un grupo de trabajo se había ocupado previamente de recibir propuestas sobre el nombre y de hacer algunos talleres para seleccionar entre esas propuestas. Se decidió por aplastante mayoría que ese nombre fuera Valladolid toma la palabra (al principio se escribía con el acrónimo VTP), el mismo que llevaba el manifiesto que dio origen a este proceso en el mes de julio de 2014. ¿Por qué era importante decidir en asamblea el nombre?

Detrás de esta decisión hay una larga historia. Nada más presentarse el manifiesto de VTP, dos o tres personas se dirigieron a los representantes para ofrecer una confluencia ciudadana bajo la denominación de ‘Ganemos’. La Asamblea de Toma la Palabra lo aceptó gustosa y una mayoría de miembros asistió a la presentación de ‘Ganemos’. Aquella fue la primera y la última asamblea de esa denominación. Después, VTP se ha dirigido, directamente y a través de los partidos presentes en el movimiento, a las tres o cuatro personas que controlan la denominación ‘Ganemos’ , pero no han obtenido respuesta. Ha tenido lugar un verdadero secuestro de una denominación que existe en otros lugares, como Barcelona o Madrid. Este insólito caso pone de manifiesto que el movimiento participativo puede correr peligro cuando cae en manos de personas aisladas y desconocidas. Aunque en otros lugares de España los mismos partidos y los mismos movimientos sociales concurren bajo la fórmula de ‘Ganemos’, eso no será posible en Valladolid, debido al secuestro del nombre que les cuento. De ahí la importancia de decidir en asamblea con qué nombre concurrir a las elecciones municipales en toda la provincia de Valladolid.

Hay otra cosa más detrás de esta decisión. Desde el mes de julio, Toma la palabra se ha dirigido, de forma insistente y repetida hasta la humillación, al nuevo partido político ‘Podemos’ para invitarle a participar en el movimiento. Un rosario de excusas ha sido la única respuesta hasta el día de hoy y así seguiríamos si VTP no hubiese decidido ponerse nombre definitivamente y dejar de depender de una estrategia oculta de un partido nuevo, cuyo único fin da la impresión que es debilitar a Toma la palabra, retardando lo más posible su conocimiento por parte de la sociedad vallisoletana. Aunque sabemos perfectamente quiénes somos cada cual, porque los teóricos de ‘Podemos’ se han definido en varias ocasiones y yo mismo les he hecho algunos comentarios de texto, es la práctica lo que mejor define a las organizaciones. En este caso, esa práctica denota mucho leninismo y poca aceptación de la pluralidad social. Advierto, además, otra contradicción: se desprecia a los partidos políticos existentes, aplicando el insultante término de “sopa de letras” a un movimiento político modélico en transparencia y participación, mientras se constituye un nuevo partido que renuncia a toda colaboración con los que aparentan ser próximos. Eso sólo se entiende si la voluntad es llegar a ser un partido único. Mala cosa.

Marcelino Flórez

 

Un comentario en “Toma la Palabra. Crónica y análisis”

  1. Podemos, y en especial en la provincia de Valladolid nunca a dicho no a ningún movimiento social, ciudadano o partido que quiera colaborar. Podemos ha ofrecido diálogo y a puesto siempre sus cartas boca arriba y nunca se ha ocultado detrás del telón de marionetas para manejar los hilos como algún otro partido. En asamblea se decidió por la mayoría de inscritos que se concurriría a las elecciones municipales, exclusivamente como Agrupación de Electores y así se traslado a toda la ciudadanía. Los que han cerrado la puerta en este caso, han sido los partidos que viendo peligrar sus cómodos y rentables asientos en las diputaciones, han decido optar por la fórmula de coalición de partidos(suma de siglas) que si bien ofrecen participar a movimientos sociales, veremos finalmente quien ocupan los puestos de arriba de las listas que configuren( claro esta mediante primarias, controladas por una mayor masa social de estos dos partidos).
    Sinceramente, deberíamos aprender a ser generosos y no a dar limosnas.

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