¿Quién vota a quién?

Hay tantas variables, que parece casi inescrutable la motivación personal del voto. A grandes rasgos y en términos estadísticos, sin embargo, sí existe cierto margen para el análisis. Por eso, los expertos se esfuerzan en indagar la procedencia del voto. Jorge Fernández-Albertos emprende esa tarea en un artículo publicado en eldiario.es el día 17 de junio. Compara la diferencia del voto en los barrios madrileños entre Ahora Madrid y ‘Podemos’, y concluye dos cosas: que el voto de ‘Podemos’ se asienta más en los distritos menos favorecidos y que Ahora Madrid penetra en espacios adonde no llega ‘Podemos’.

Esas conclusiones no hacen más que refrendar el análisis que Íñigo Errejón y los suyos tenían hecho y que les animó a crear un partido con ese perfil: ni de derechas ni de izquierdas, que habla de la casta o del 99 frente al 1 por 100 y que se dirige a la “gente plebeya”. Esa gente plebeya, además de estar indignada por hallarse en peligro de exclusión, nos decía Íñigo Errejón que tiene una característica muy marcada: no milita en nada. Son los que dicen con propiedad “no nos representan”. Bueno, pienso yo, sí participa en cosas; por ejemplo, chatea en los bares y sigue a su equipo de fútbol con pasión sin freno; algunos tienen, incluso, un santo patrón o una virgen, que ocupa el primer lugar en la jerarquía de valores. ‘Podemos’ ha logrado tocar la fibra sentimental de una parte de esa gente plebeya y tiene garantizado su voto. Esta es también la razón por la que se enfada tanto Esperanza Aguirre, porque una parte de esa gente también puede votarla a ella cuando se disfraza de chulapa o cuando chulea a un guardia.

¿Dónde es donde no ha penetrado ‘Podemos’? Pues allí donde no ha querido, al constituirse con la forma en que lo ha hecho, en la gente que sí milita, o sea, en el movimiento social. Sin ser estadístico, creo yo que eso es lo que marca la diferencia de voto en Madrid, pero también en Barcelona, en Valencia, en Galicia o en Valladolid.

El análisis de Fernández-Albertos no puede separarse del debate en torno a la unidad de la izquierda, que es la verdadera preocupación en este momento. De ese análisis se deduce que ‘Podemos’ y la opción por el movimiento social no compiten, sino que se complementan. De manera que el único problema para construir unidad son las siglas o los personalismos, o sea, la pretensión de hegemoneizar los procesos, eso que intentó Izquierda Unida durante tanto tiempo y que le llevó a la quiebra.

El debate se ha reducido a la presencia o no de la marca. A mí me da igual, aunque prefiera la ausencia de siglas. Con que haya listas abiertas para elecciones primarias en cada distrito electoral y se puedan discutir los programas, me conformo. Eso sí, el primer candidato o candidata para Madrid, esto es, para presidir el gobierno ha de ser elegido por toda la ciudadanía española. A eso lo podíamos llamar perfectamente En Común, y aceptaría sin excesivo disgusto que se llamase En Común Podemos, con guión o sin guión. No será por falta de experiencia por lo que las conclusiones no están claras.

Marcelino Flórez

Un comentario en “¿Quién vota a quién?”

  1. Reblogueó esto en Baladringy comentado:
    Muy interesante como siempre la reflexión de Marcelino Florez. ¿Podemos elegir al futuro o futura Presidenta del Gobierno En Común?

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