Inicialmente se daba por descontada la coalición de Equo con Compromìs, aunque su concreción fue muy laboriosa y no poco polémica al interior de Equo. Se contaba también con la incorporación de la Chunta Aragonesista y así tuvo lugar, llegado el momento. Además, se fueron incorporando pequeños partidos: Por un Mundo Más Justo; Partido Castellano; Democracia Participativa; Socialistas Independientes de Extremadura; Caballas. Y, poco a poco, ha ido recibiendo el apoyo de algunas agrupaciones: Los Verdes de Villena; Socialistas por Tenerife y otros. El programa fue elaborado en las plataformas participativas de Equo a lo largo de un proceso abierto, que duró varios meses.
La plasmación de todo esto se llama Primavera Europea y es la representación en España del Partido Verde Europeo, a cuyo grupo parlamentario se incorporarán las personas elegidas. Nadie más en España hará esto, aunque lleven el calificativo verde añadido a su denominación principal, sino que formarán parte de otros grupos parlamentarios europeos.
Primavera Europea encarna, por lo tanto, a la ecología política en tanto que ideología articuladora del pensamiento y del programa. Eso es lo que diferencia a esta coalición del resto de grupos y de personas que se presentan a las elecciones europeas bajo el amplio abanico de lo que hemos convenido en llamar izquierda.
La primacía de la ecología política significa que la Naturaleza es la atención prioritaria, junto al resto de los Derechos Humanos, de los que forma parte. Y hoy sabemos que esos Derechos constituyen un conjunto indisociable, de manera que si se conculca uno, quedan afectados todos los demás. (Mientras escribo esto, comparto en Facebook una fotografía de la policía brasileña aplastando a la tribu Kayopó en el Mato Grosso amazónico, a causa de la protesta por la construcción de la represa hidroeléctrica de Belo Monte. Los indígenas protestan porque con la Naturaleza destruyen su forma de vida y su vida misma). El programa político que se deriva de esos principios da la vuelta a la práctica política ahora existente en Europa.
El gran cambio se halla, sin duda, en el Green New Deal, que hace de la energía renovable el nuevo motor de la economía, y de la sostenibilidad el criterio imprescindible para cualquier actividad económica. Un verdadero cambio de modelo productivo. A su lado se sitúa el otro principio básico, la regeneración de la democracia, que coloca a las personas en el centro de la acción y combate a los lobbies y otros instrumentos corporativos que ahora tienen secuestrada la participación democrática y la soberanía popular.
Tiene a su favor Primavera Europea que las personas que la representan en las listas son creíbles, no sólo por no recurrir al préstamo bancario y no sólo por su juventud e ilusión, sino porque acompañan con la práctica lo que dicen en los programas: cultivan huertos urbanos, viajan en bicicleta y en trasportes públicos, han sido sido elegidas en listas abiertas o forman parte de los embriones locales de la economía solidaria y alternativa. Revalida esa coherencia el hecho de hacer propuestas asertivas y no insultar ni combatir al resto de la izquierda, cuyas diferencias respeta. Esta práctica ha de ser contemplada como el camino para construir unidad en el futuro, aunque eso dependerá en gran parte del aval que esta coalición consiga en las urnas.
Debe ser por todo esto por lo que la prensa española, de forma casi unánime en este caso, oculta al público la existencia misma de la Primavera Europea. Por eso hago este artículo en mi blog, para añadir una gota a la información y al cambio, con la esperanza de que lleguemos a formar un río de libertad.
Marcelino Flórez.