En este 20 N de 2016

Las confesiones de Adolfo Suárez a Victoria Prego, dadas a conocer en La Sexta Columna, han levantado una gran polvareda con el asunto de la monarquía, pero ha pasado casi desapercibida una de las condiciones que pusieron los jefes militares para tolerar la reforma. El 8 de septiembre de 1976 los altos jefes militares le pusieron dos condiciones a Suárez, una era no legalizar al Partido Comunista, que, como todo el mundo sabe, terminaría incumpliendo. La otra fue “que nunca se juzgarían sus crímenes cometidos durante el franquismo”, dice el documental de La Sexta en el minuto 38.

Ha pasado desapercibida esta condición, que, ¡vaya casualidad!, no sólo cumplió íntegramente Suárez con la Ley de Amnistía de 1977, sino que sigue cumpliéndose día a día y sólo va dejando víctimas entre las víctimas del franquismo, simbolizadas en el juez Garzón.

Es cierto que se ha avanzado mucho en los últimos años, tanto que Carlos Hernández en ELDIARIO.ES se atreve a decir en este 20-N que ha llegado “el momento de exhumar a Franco” y sugiere que ya no es necesario explicar los motivos, porque la tarea de las asociaciones memorialistas, de las familias de las víctimas y de los gobiernos del cambio en algunos ayuntamientos ha culminado la tarea de deslegitimación de la Dictadura.

Es verdad que al funeral de Madrid no acudieron este año más de 200 personas y que no sería mucho mayor el número de falangistas que desfiló por la capital, camino del Valle de los Caídos. Es verdad. Pero el franquismo silencioso es mucho mayor y cuenta con el aval del Partido Popular y de Ciudadanos. Por eso, la tarea no ha terminado.

Las víctimas tienen una cosa excelente a su favor, que se difunde poco y en la que yo insisto a tiempo y a destiempo: la calificación de crímenes contra la humanidad que el Tribunal Supremo hizo en la sentencia 102/2012 de la Sala de lo penal para los crímenes del franquismo (“los hechos anteriormente descritos … son … delitos contra la humanidad”).

El franquismo ya no goza de apoyo social público, salvo los 200 de cada provincia, pero conserva mucho apoyo oculto. Por eso, falta elevar jurídica y políticamente a normal lo que en la calle es normal, que diría Suárez. Y esto lo tiene que hacer una Comisión de la Verdad, que asiente los hechos y facilite la tarea para hacer una ley de condena expresa de los crímenes, que limpie la calle de apoyos al crimen contra la humanidad, de lo que no son capaces los jueces españoles. Este vuelve a ser mi deseo en el año 2016 y no entiendo a qué está esperando ese Congreso de Diputados tan progresista que tenemos.

Marcelino Flórez

Un comentario en “En este 20 N de 2016”

  1. Reblogueó esto en Baladringy comentado:
    Seguimos esperando a que los criminales contra la humanidad sean reconocidos como tal, pero el franquismo sigue latente entre la población.
    Marcelino lo expone muy claramente y yo lo compruebo a diario con las direcciones de la gente que vive en los pueblos manchegos: avenidas del Generalísimo, calles de generales que eran ya pretéritos cuando nacieron, …
    Y todo ello con la connivencia de las vecinos.

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